El jueves 13 de marzo se cumplen 5 años de la declaración del estado de alarma que llevó al confinamiento domiciliario de todo el país para frenar la transmisión de la covid-19. El centro de salud de Moncada es una área básica que atiende una población de 30.000 habitantes.
ESTEVE PUCHADES y ANA MARTINEZ. «El centro de salud no se cerró en níngún momento»
Al frente del mismo se encontraban el coordinador médico, Esteve Puchades (59 años) y la coordinadora de enfermería, Ana Martínez (63 años).

Puchades señala que «en las fechas anteriores al confinamiento ya acudía mucha gente preocupada a la consulta. Veíamos lo que estaba sucediendo en China. Además, días antes, aficionados del Valencia CF se habían desplazado a Milán para presenciar el enfrentamiento con el Atalanta y fechas después Italia quedaba cerrada. A partir de ese momento empezamos a observar un aumento gradual de la preocupación de los pacientes que atendíamos»
«Con la declaración del estado de alarma -señala Ana Martínez-, tenemos que actuar desde el primer momento, proteger y protegernos, para lo cual establecimos tres grupos de trabajo dos estaban en el centro y otro atendía desde sus domicilios para en caso de producirse contagios que hubiese relevo».
Desde ese día, tanto Esteve como Ana indican que comenzaron unas jornadas interminables de 8 de la mañana a las 10 de la noche para todo el equipo. «El centro de salud no se cerró en ningún momento. Con lo que teníamos nos tuvimos que autoproteger y además realizar mucha tarea administrativa de rastreo de contagios para seguir la trazabilidad del virus».
Los máximos responsables del centro salud, señalan que la profesionalidad de todo el equipo fue fundamental para dar respuesta a la pandemia, primero con la planificación de la asistencia y posteriormente con la gestión de la vacunación. Por último, ambos responsables destacan como enseñanza de la pandemia «la necesidad de dotar de recursos al sistema de salud pública y a los centros de atención primaria».

MARIA ALEGRÍA: «Las familias se sintieron apoyadas por el colegio «
María Alegría Hernández (València 1981), es la directora del CEIP Vicente Trenco. Recuerda que el cierre fue de un día para otros y «al coincidir con las vacaciones de fallas el equipo de profesores tuvimos unos días de margen para decidir como organizar las tareas. Desde el reparto de libros, establecer horarios para conectarnos con los alumnos y atender las incertidumbres que nos trasladaban los padres. Desde el ayuntamiento nos ayudaron a repartir los deberes en las casas de los alumnos». Para Alegría «en los primeros momentos hubo mucha tensión, miedo, angustia, ansiedad… lo positivo es que las familias se sintieron apoyadas por el colegio».

EDUARDO GARCÍA: «Era triste no poder ofrecer mascarillas»
Eduardo García (1984), es farmacéutico. «Con el confinamiento dividimos el equipo de la farmacia en dos para evitar contagios y se intensificaron las medidas de higiene». Recuerda que los primeros días había mucha preocupación y temor por lo desconocido y «lo más triste era la impotencia de no poder dar mascarillas o geles». Eduardo destaca los servicios a domicilio llevando medicamentos y la atención a las personas mayores que vivían solas. «Con la perspectiva de hace cinco años, ahora hemos aprendido todos y estamos más preparados».

JOSE LUÍS GUERRERO: «Intensificamos la vigilancia para evitar robos»
José Luis Guerrero (1965), es el inspector jefe de la policía local. «Al inicio del confinamiento Moncada contaba con 27 agentes y siete estaban de baja por contagio. Tuvimos que reorganizar como se pudo y con el poco material de autoprotección disponible un importante operativo de seguridad. Nuestro cometido consistía en vigilar que se cumpliese el confinamiento, realizar controles y vigilancia para evitar robos y saqueos y por otra parte prestar el apoyo necesario a las personas que requerían ayuda en residencias y en domicilios». Guerrero destaca de esos meses, la solidaridad de los vecinos y ahora cinco años después señala que «hemos aprendido a autoprotegernos».