Joaquim Bosch (Cullera 1965), es juez y ha ejercido su actividad profesional en Barcelona y los juzgados de Dénia, Vinaròs, Massamagrell, y Moncada, este último durante 16 años, donde desempeñó el cargo de magistrado decano, es además portavoz de la organización Juezas y Jueces para la Democracia de la Comunitat Valenciana. El miércoles 18 de diciembre presenta en el CC Blasco Ibañez de Moncada su segundo libro ‘Jaque a la democracia‘ de la mano de la Asociación Cultural el Quadrat.
Si en su primer libro, ‘La Patria en la cartera’, Bosch se adentraba en el pasado y presente de la corrupción en España, su nuevo trabajo ‘Jaque a la democracia’ es un análisis riguroso y necesario sobre la situación de nuestra democracia en el mundo actual.
En declaraciones a Moncada Digital, Joaquim Bosch señala que «Jaque a la democracia hace un análisis de las fortaleza y debilidades de la democracia española en un contexto global de deriva autoritaria que tiene componentes antidemocráticos. La tesis es que los principios de la democracia pluralista liberal están en peligro en el mundo occidental, y también se pueden producir retrocesos en el estado español».
Para el autor «el auge de los discursos ultraconservadores es un síntoma de las insuficiencias del sistema democrático que se han puesto de manifiesto a partir de la revolución digital, el mundo de internet y plataformas virtuales que han cambiado nuestras vidas y también ha tenido efectos en el mundo económico y sistema político. La irrupción de internet ha cambiado las estructuras financieras y las relaciones de trabajo, cuya muestra más clara es la gran recesión de 2008 con una elevada precarización de las estructuras laborales».
Añade Bosch que esta situación «ha generado ganadores y perdedores de la globalización y un malestar social creciente y la consecuencia en nuestro país y en otras democracias son las dificultades para garantizar el derecho a la vivienda, para asegurar las necesidades básicas de toda la población y para garantizar expectativas de futuro de la gente más joven».
Caldo de cultivo de partidos de extrema derecha
El juez señala que «la situación de crispación es el caldo de cultivo para partidos de extrema derecha agravada por la intensa polarización de los discursos xenófobos que generan las plataformas virtuales con algoritmos que favorecen discursos de confrontacion social» y pone como ejemplo a «Elon Musk un multimillonario que ha comprado X la plataforma que más opinión política genera del mundo y que se ha convertido en el mayor aliado mediático de Donald Trump y de drigentes ultraconservadores en todo el mundo».
Hungría el referente europeo
El libro aborda el régimen de Hungría como el gran referente de los partidos ultraconservadores de Europa a través de un sistema de control de supervisión de los sistema electorales, la colonización del poder judicial o la persecución de los medios de comunicación independientes, un sistema que por encima de cuestiones ideológicas no acepta las reglas de alternancia de la democracia pluralista.
Poderes del Estado
Sobre la recientes afirmaciones del presidente del Gobierno Pedro Sánchez en las que acusó al PP de «jugar con las cartas marcadas» en los casos judiciales, Bosch afirma que «no son aisladas, también desde el ámbito judicial se han producido decisiones que cuestionan de manera indebida la actividad del parlamento para hacer leyes y en ambas situaciones se pone en cuestión la separación de poderes y la credibilidad del sistema. Los representantes de las altas instituciones del Estado deberían bajar el tono por responsabilidad institucional».
Respuesta cívica ante la deriva autoritaria
A la pregunta de si hay esperanza para las sociedades democráticas el juez afirma: «Creo que estamos en una etapa histórica de grandes transformaciones, inestabilidad y alta volatilidad. En Italia y Francia en poco más de 10 años se ha esfumado el sistema tradicional de partidos. Es difícil pronosticar la evolución de los sistemas políticos democráticos pero observo una percepción de sectores de la ciudadanía que están preocupados. Estoy convencido que hay motivos para la esperanza desde una respuesta cívica ante las alarmas de la deriva autoritaria»